Bien de cal y bien de arena en este pasado fin de semana.
El viernes estaba anunciado el esperadísimo concierto de Motociclón y The Pinkyyeros, pero para sorpresa de propios y extraños se suspendió a primera hora de la mañana. ¿Y por qué os preguntareis? Por lo de siempre dentro del mundo del rock, por la pasta. El propietario de la sala, sin saber que esa noche iba a ver llenazo, pensó que podía tratar al promotor de los conciertos como "el pito del sereno" y el mismo viernes por la mañana le anunció que no le iba a pagar hasta el miercoles de la semana siguiente; el promotor, a sabiendas de que el propietario estaba dejando a deber a más de uno, se negó en rotundo a seguir con la programación sin poder pagar a los grupos y suspendió el show. Eso es, eso es, eso es todo amigos.
El sábado sin embargo el evento se pudo celebrar. Después de 8 horas de pruba de sonido (ya sabeis los típicos problemillas técnicos), se consiguió unificar el criterio de los dos grupos en cuanto al sonido por exteriores en el Versus Rock de Casarrubuelos. A eso de las 10 de la noche GULDIN comenzaban con su descarga de "Moralía", su flamante último disco recien estrenado. Canciones como Verde, Púrpura, Gris humo o Rojo nos hicieron vibrar, saltar incluso emocionarnos con un sonido nítido a la par que contundente; densas atmósferas del desierto mezcladas con maravillosos cantos de sirena nos transportaron a su peculiar forma de entender el rock, la música y la vida. Destacar sobre todo la genial voz de Luis Peineta que brilló como nunca y un Jair con el espíritu de Jimi Hendrix corriendo por sus venas: PAZ y AMOR.
Tras los bolos, fotos de rigor con el dueño de la Sala, fin de fiesta y "The Dark Side" a recoger. Cuando la mayoría de los miembros de los grupos se marcharon(despedida de soltero del Choped, había qeu cumplir) el susudicho dueño del Versus sacó unas tapitas de jamón y queso, que a falta de los miembros del grupo el cantante de T-SEX tuvo a bien repartir entre los fans de los dos grupos que se dieron cita esa noche en Casarrubuelos.
Faltarón los cientos de moteros y clientes habituales que según Juan, el dueño del Versus, llenan la sala todos los sábados; faltaron también los representantes de las discográficas como Warner, que Juan dijo que iban a estar allí esa noche. Pero los que no faltaron fueron los incondicionales de GULDIN y T-SEX que estuvieron toda la noche animando a sus dos bandas fetiches hasta no poder más; desde aquí mi más sincero agradecimiento y el de los demás miembros de los grupos, OS QUEREMOS, MUCHAS GRACIAS.
"Lukas se quedó con las ganas, fue el único que no pudo asistir al concierto"